Estructura Socioeconomica
  Formación de Capital
 
En este trabajo se considera que la acumulación de capital es un factor esencial del desarrollo económico, pero que no es el único; pues, se estima que 
en México la formación de capital durante los últimos veinticinco años ha 
estado determinada por las nuevas condiciones que impone la globalización 
financiera.
En consecuencia, se procura, identificar y describir –aunque sea sólo en 
sus rasgos muy generales–, los elementos internos y externos que además de 
la acumulación de capital han condicionado el dinamismo lento de la economía mexicana entre 1980 y 2006, así como las condiciones restrictivas de la 
formación de capital que devienen de la globalización financiera.

A partir de 1980 la economía mexicana ha experimentado un ritmo de crecimiento lento, si se le compara con la expansión que ha tenido el sistema 
económico de otros países. En efecto, mientras en México la magnitud del 
producto nacional creció en una vez y media entre 1980 y 2000, en China se 
registró un avance de 6.7 veces, en Corea de 3.1 veces, en Chile de 3 veces y 
hasta la poderosa economía norteamericana lo hizo en dos veces.
El proceso de formación de capital muestra una tendencia muy similar 
en ese mismo lapso. Así, entre 1950 y 1980 la inversión creció 8.5% anualmente, mientras que entre 1980 y 2000 apenas pudo incrementarse en 1.5%, si se le mide en términos reales.
 
 Esta tendencia recesiva se agudizó entre 
2000 y 2005, cuando la formación de capital –como se puede calcular a partir 
de los datos contenidos en el sexto informe de gobierno de la Presidencia de 
la República– sólo creció 1.2% en cada año.
La participación de la inversión en el producto nacional ha descendido 
en magnitud considerable. En 1960, significaba 29.6% del producto, en 1990 representaba 24.6% del producto interno bruto (pib), pero en 2004 únicamente registró una participación de 21.8%. Cabe puntualizar que en ese mismo 
año la participación del ahorro interno– según el informe anual del Banco 
de México correspondiente a 2006– fue de 21% y el ahorro externo aportó el 
restante 0.8 por ciento.
En el análisis de la formación de capital no sólo es conveniente tomar en 
consideración su cuantía y su tendencia, es necesario, además, ponderar sus 
componentes. Al respecto conviene destacar que de 1990 a 2005 se observa 
un incremento continuo en la suma destinada a construcción, que pasa de 
significar 50.3% del total invertido a 54.4% de su total respectivo en los años 
antes citados. En consecuencia, los otros componentes de la formación de 
capital han visto disminuida su importancia relativa: equipo de transporte 
pasó de 15.3 a 12.8% y maquinaria y equipo de 34.4 a 32.8% en esos mismos 
años. No debe perderse de vista que la inversión en maquinaria y equipo resulta crucial en el avance tecnológico y en el fortalecimiento de la estructura productiva.
El análisis de la formación de capital refleja, además, la importancia que 
ha adquirido la inversión privada. En el año 2000 ésta llegó a significar 83% 
de la inversión total y el sector público participó con el restante 17%. En 2005, 
los datos correspondientes resultan de 78% del total invertido por el sector 
privado y 22% por el sector público. Las diferencias que acusan sus componentes resultan también significativas. En efecto, en el sector privado se destinaba 58% de la inversión a maquinaria y equipo en 1990 y en 2000. En 2005, 
la participación de este tipo de inversiones se abatió ligeramente a 56%. La 
porción restante 42 y 44%, en números redondos se aplicó a la construcción. 
En lo referente al sector público, la inversión destinada a construcción pasó 
de 76.5% en 1990 a 91.1% en 2005; mientras que la canalizada a la adquisición 
de maquinaria y equipo descendió de 23.5 a sólo 8.9 por ciento. 
Por lo que concierne al origen de los bienes, se aprecia otra tendencia 
preocupante. En efecto, en 1990 la parte mayoritaria de la inversión destinada a equipo de transporte (12.7% del total) era de origen nacional frente 
a 2.6% que significaban los equipos provenientes del exterior. En 2005, sin 
embargo, la inversión en equipos nacionales de transporte se había abatido a 
7.2% y la de equipos importados se había elevado a 5.6 por ciento. 
En las inversiones en maquinaria y equipo se aprecian tendencias similares. Las compras dentro del territorio nacional, aunque cabe considerar 
que no siempre corresponde a equipos producidos en el país, representaban 
14.2% del total invertido en 1990, proporción que se abate a 8.7% en 2005. Por otro lado, las compras de maquinaria y equipo importado en esos mismos 
años pasaron de 20.2 a 24.1%, respectivamente.
 
A la luz de esos datos resulta prudente preguntarse, entre otras cuestiones, lo siguiente: ¿por qué ha sido tan lento el dinamismo de la economía mexicana de 1980 a 2006? ¿qué razones explican el precario crecimiento 
que acusa la formación de capital? ¿por qué se ha incrementado la inversión 
en construcción más rápidamente que la destinada a maquinaria y equipo? 
¿cuáles son las causas de las tendencias que manifiestan las inversiones del 
sector público? ¿por qué se han abatido las compras de maquinaria y equipo nacionales y en cambio han crecido más de prisa las de maquinaria y 
equipo de importación? 
 
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